1. Separa elementos de una serie (enumeraciones), sean palabras, frases u oraciones. A veces, cuando separa oraciones, puede ponerse antes de las conjunciones.
Aquí, por ejemplo, separa palabras: “ los primeros avances de la organización se dieron en Chihuahua, Guanajuato, Querétano, Estado de México y Distrito Federal.”
En esta enumeración de Elena Poniatowske, la coma divide frases: “Sin embargo, muchas señoras no limitaron a hacer tortas, a enviar a sus chóferes con cargamentos de víveres, a hervir agua o preparar tapabocas, asistir a los albergues a repartir medicinas, sino que también se presentaron en la zona del desastre”.
El historiador José C. Valadés nos sirve para ilustrar el caso de separación de oraciones, donde la coma antepone ala conjunción y: “[Santa Anna] creía que su solo nombre y presencia bastaba para salvar el país de cualquier desgracia, y no dudaba del amor a las libertades publicas que había en don Valentín Gómez Farias.”
2.Aísla lentos iniciales en una oración, esto es, las palabras, frases u oraciones que amplían, aclaran o explican, interrumpiendo el discurso principal.
Así, Carlos Monsivais la emplea: “La intensa desnacionalización económica y social se corresponde, en forma obligada, con la progresiva debilidad del (romántico) nacionalismo cultural”.
E igualmente Manuel Toussaint: “El corazón Tasco, el centro de su vida espiritual, es la Parroquia de Santa Prisca”
3. Después de un sujeto largo. Como los gramáticas no se ponen de acuerdo en este uso, se ha dicho: entre mas corto, más discutible, y entre mas largo más necesaria. Por lo tanto, jamás se podrá coma entre un pronombre o un sujeto muy corto y el verbo. Por la extensión del sujeto, Diego Rivera recurre aquí a la coma: “En todo estado cuya sociedad esta dividida en clases, existe un cuerpo armado”.
4. Indica o separa el vocativo. Si el vocativo se encuentra al principio, la coma va después de él. Si está en medio, se coloca entre comas.
Si va a final, la coma se pone antes de él. Un ejemplo por cada caso:
-Profesor, indique las materias que imparte.
-Indique, profesor, las materias que imparte.
-Indique las materias que imparte, profesor.
5. Señala que se ha suprimido algún elemento de la Horacio. Sirve para no reiterar ese elemento que se omitió (oraciones elípticas).
“Sus datos son precisos; sus deducciones, irrefutables.”
6. Cuando se invierte la construcción básica (sujeto, verbo y complemento) y se le da otro orden (hipérbaton), se indica el cambio mediante una coma.
“Salvo el transformado Palacio Nacional, nada queda de arquitectura civil del siglo XVII ( en la Ciudad de México)”, escribió Francisco de la Maza.
7. Cuando la frase se inicia con un adverbio o locución adverbial, se pone coma después. Si va en medio, por lo regular, va entre comas.
Ejemplos de adverbios y locuciones adverbiales: Además, por otra parte, asimismo, no obstante, sin embargo, por ultimo, en consecuencia, a pesar de todo, dicho de otra manera (o modo), o sea, a la postre, etcétera, y todos los adverbios terminados en mente como particularmente, realmente, etcétera.
“Naturalmente” el amarillismo de Clouthier no correspondió con la realidad, aseguro en alguno de sus artículos Miguel Ángel Granados Chapa.
“Sin embargo, daño hay, y se requiere sea reparado”, declaro Jorge Alberto Manrique.
También la emplea Salvador Azuela: “El tema de la guerra cristera, por ejemplo, empezó a adquirir mucha importancia.
8. Antes de las conjunciones adversativas sino, pero, aunque, excepto cuando la cláusula es muy corta.
Sobre Guillermo Meza, decía Luis Cardoza y Aragón: “No es siempre en la figura donde le encuentro mas libre y mas pintor, sino en sus paisajes imaginarios en que crea la realidad”.
Esta frase de Aurelio de los Reyes sirve como recordatorio de que antes de pero la coma es obligatoria: “Al grupo altivo del gobierno le preocupaba el problema de la unidad nacional, pero también la proyección mundial de México”.
9. Cuando se toman como sujetos frases enteras, que sirven de enumeración, y dejan pendiente el sentido de una a otra hasta resolverlo en la ultima.
“la inflación que disminuye los salarios, el desempleo que suprime los ingresos, la intensificación de las jornadas laborales, eran algunos de los males que vivieron los trabajadores en esa década”.
10. Para evitar el equívoco, la anfibología o la oscuridad, se emplea la coma. Compárese: “no es verdad” con “no, es verdad”, “no estoy seguro” con “no, estoy seguro”.
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jueves, 26 de marzo de 2009
Normas de puntuación
Aunque relativa y hasta discutible, la puntuación obedece algunas convenciones. Si bien las reglas se prestan a cierta elasticidad, violarlas acarrea el riesgo de no ser comprendido. La puntuación sirva para indicar entonación y pausas; en consecuencias, advierte cómo quiere un autor que se lea su texto. Tan importante es, que, como indicamos en el inciso “La entonación”, del capitulo 1 (pagina 26), sobre las diferencias entre lengua oral y escrita, sólo la puntuación puede orientar acerca de la entonación que es uno de los elementos que se pierde al escribir. Como puntualiza Tomas Navarro Tomas, las pautas, al igual que los cambios de tono, así como la duración e intensidad, cumplen la función de precisar el sentido y la intención de las frases. De acuerdo con Emilio Alarcos Llorach, la configuración melódica (o sea la entonación) añade un significado más a las propias frases. Compárense los dos ejemplos siguientes:
El resultado favoreció a la posición.
¿El resultado favoreció a la oposición?
Básicamente existen dos series de signos de puntuación. La coma, el punto y coma, y el punto, pertenecen a la primera. Indican la pausa que debe efectuarse: menor, intermedia y mayor, respectivamente. Asimismo, señalan el tono con el que es imperativo leer el texto: alto en los dos primero casos (coma, punto y como) y bajo en el ultimo (punto). Las conjunciones, por servir de nexos, eliminan las pausas o las hacen mas breves, por ello, cuando hay una conjunción, se utiliza coma o a lo sumo punto y coma, pero el punto sólo por excepción ( por ejemplo, en frases iniciadas por Y).
La segunda serie está íntimamente ligada a la entonación a la expresión. A ella pertenecen los dos puntos, guiones mayores, paréntesis, puntos suspensivos, signos de admiración e interrogación y comillas.
Una frase inacabada obliga a un ascenso de tono, el cual cumple una función de continuidad (que es, precisamente, lo que indica la coma). El descendente tiene una función conclusiva, que corresponde al punto. En los casos de frases aclaratorias o explicativas (que pueden indicarse encerrándolas entre comas, guiones o paréntesis), se llena en un tono descendente para alcanzar de nuevo la altura previa a los signos y, con ello, continuar lo que había quedado inconcluso. En los casos de las interrogaciones, lo que se encuentra entre el signo que inicia y el que cierra, se leerá con un tono ascendente, puesto que se espera una respuesta. Las admiraciones pueden ser de entonación ascendente o descendente. La primera expresa compasión, decepción, resignación, disgusto o reproche. La segunda, extrañeza o sorpresa. En todos los casos, sin embargo, hay una voluntad enfática y emotiva, que se indica al lector por medio del signo de admiración.
El resultado favoreció a la posición.
¿El resultado favoreció a la oposición?
Básicamente existen dos series de signos de puntuación. La coma, el punto y coma, y el punto, pertenecen a la primera. Indican la pausa que debe efectuarse: menor, intermedia y mayor, respectivamente. Asimismo, señalan el tono con el que es imperativo leer el texto: alto en los dos primero casos (coma, punto y como) y bajo en el ultimo (punto). Las conjunciones, por servir de nexos, eliminan las pausas o las hacen mas breves, por ello, cuando hay una conjunción, se utiliza coma o a lo sumo punto y coma, pero el punto sólo por excepción ( por ejemplo, en frases iniciadas por Y).
La segunda serie está íntimamente ligada a la entonación a la expresión. A ella pertenecen los dos puntos, guiones mayores, paréntesis, puntos suspensivos, signos de admiración e interrogación y comillas.
Una frase inacabada obliga a un ascenso de tono, el cual cumple una función de continuidad (que es, precisamente, lo que indica la coma). El descendente tiene una función conclusiva, que corresponde al punto. En los casos de frases aclaratorias o explicativas (que pueden indicarse encerrándolas entre comas, guiones o paréntesis), se llena en un tono descendente para alcanzar de nuevo la altura previa a los signos y, con ello, continuar lo que había quedado inconcluso. En los casos de las interrogaciones, lo que se encuentra entre el signo que inicia y el que cierra, se leerá con un tono ascendente, puesto que se espera una respuesta. Las admiraciones pueden ser de entonación ascendente o descendente. La primera expresa compasión, decepción, resignación, disgusto o reproche. La segunda, extrañeza o sorpresa. En todos los casos, sin embargo, hay una voluntad enfática y emotiva, que se indica al lector por medio del signo de admiración.
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