jueves, 26 de marzo de 2009

Normas de puntuación

Aunque relativa y hasta discutible, la puntuación obedece algunas convenciones. Si bien las reglas se prestan a cierta elasticidad, violarlas acarrea el riesgo de no ser comprendido. La puntuación sirva para indicar entonación y pausas; en consecuencias, advierte cómo quiere un autor que se lea su texto. Tan importante es, que, como indicamos en el inciso “La entonación”, del capitulo 1 (pagina 26), sobre las diferencias entre lengua oral y escrita, sólo la puntuación puede orientar acerca de la entonación que es uno de los elementos que se pierde al escribir. Como puntualiza Tomas Navarro Tomas, las pautas, al igual que los cambios de tono, así como la duración e intensidad, cumplen la función de precisar el sentido y la intención de las frases. De acuerdo con Emilio Alarcos Llorach, la configuración melódica (o sea la entonación) añade un significado más a las propias frases. Compárense los dos ejemplos siguientes:
El resultado favoreció a la posición.
¿El resultado favoreció a la oposición?
Básicamente existen dos series de signos de puntuación. La coma, el punto y coma, y el punto, pertenecen a la primera. Indican la pausa que debe efectuarse: menor, intermedia y mayor, respectivamente. Asimismo, señalan el tono con el que es imperativo leer el texto: alto en los dos primero casos (coma, punto y como) y bajo en el ultimo (punto). Las conjunciones, por servir de nexos, eliminan las pausas o las hacen mas breves, por ello, cuando hay una conjunción, se utiliza coma o a lo sumo punto y coma, pero el punto sólo por excepción ( por ejemplo, en frases iniciadas por Y).
La segunda serie está íntimamente ligada a la entonación a la expresión. A ella pertenecen los dos puntos, guiones mayores, paréntesis, puntos suspensivos, signos de admiración e interrogación y comillas.
Una frase inacabada obliga a un ascenso de tono, el cual cumple una función de continuidad (que es, precisamente, lo que indica la coma). El descendente tiene una función conclusiva, que corresponde al punto. En los casos de frases aclaratorias o explicativas (que pueden indicarse encerrándolas entre comas, guiones o paréntesis), se llena en un tono descendente para alcanzar de nuevo la altura previa a los signos y, con ello, continuar lo que había quedado inconcluso. En los casos de las interrogaciones, lo que se encuentra entre el signo que inicia y el que cierra, se leerá con un tono ascendente, puesto que se espera una respuesta. Las admiraciones pueden ser de entonación ascendente o descendente. La primera expresa compasión, decepción, resignación, disgusto o reproche. La segunda, extrañeza o sorpresa. En todos los casos, sin embargo, hay una voluntad enfática y emotiva, que se indica al lector por medio del signo de admiración.

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