jueves, 19 de marzo de 2009

Estructura del texto

Sólo el investigador, de acuerdo con sus propósitos, puede decidir las partes que integran su obra. Es posible escribir un ensayo sin divisiones en capítulos o presentar la investigación parcelándola. Proponemos enseguida una posible, y amplia, distribución: índice general; prólogo, introducción o prefacio; cuerpo de la obra (subdividido en partes, capítulos e incisos); epílogo, apéndice, glosario, bibliografía e índices.

Índice general

Puede aparecer al principio del libro (al estilo ingles) o al final del libro (al estilo demás países europeos). También se le conoce como sumario. Es mas conveniente su inclusión al principio, porque ofrece información inmediata sobre el contenido de la obra. Se encabeza con las palabras índice general o simplemente índice y sigue la ordenación por partes, capítulos e incisos de la obra. Se anota el número de la página que corresponde a casa encabezamiento o subtítulo. Para unir los encabezamientos y el número de página correspondiente se escribe una línea de puntos.

Introducción, prologo o prefacio es un capítulo que cumple la función de presentar la obra al lector, mediante una descripción general; puede incluir entonces el propósito del estudio, las tesis que habrán de desarrollarse, la metodología empleada, las recomendaciones para el manejo de la obra, los comentarios de carácter general a las investigaciones de otros autores que han procedido al trabajo que se presenta, las dificultades encontradas al realizar el estudio. Al final de la introducción suelen incluirse los reconocimientos a las personas o instituciones que hayan cooperado en la elaboración de la obra. (También se denomina prólogo a un ensayo que procede a una obra escrita por otros y que se ocupa de presentarla y valorarla.)

Texto o cuerpo de la obra es propiamente el desarrollo del libro y puede dividirse en partes. Reciben el nombre de primera parte, segunda parte, tercera parte, etcétera. Deben corresponder a grandes apartados, delimitados de modo preciso por una diferencia temática.
Un ejemplo: los teóricos literarios rene Wellek y Austin Warren dividen su obra en varias partes; una de ellas se dedica a los métodos extrínsecos a la obra literaria y la obra de los métodos intrínsecos. A su vez, subdividen los métodos extrínsecos en cuatro capítulos que se ocupan respectivamente del método biográfico, el método psicológico, el método sociológico y el método filosófico.
Como se observa en el ejemplo, a las subdivisiones de las partes se le denomina capítulos y cada uno de ellos se inicia en una nueva página en blanco con el título correspondiente centrado y a la cabeza de la página.
La mayoría de los libros sólo constan de capítulos y únicamente se dividirán en partes cuando lo justifiquen, como ya se indicó, la extensión y la diferencia temática.
Cada capítulo puede ir clasificado en incisos o apartados que se distinguen mediante un subtítulo y/o un número arábigo. Si se desea una clasificación mayor se emplearan letras mayúsculas. Ejemplo:

Primera parte

I
1.
2.
a.
b.

La numeración y/o título de los capítulos debe ir en la parte superior de la página que inicia el capítulo y después de tres dobles espacios se inicia el texto. Los inicios de los capítulos pueden distinguirse por subtítulos.
Cuando se requiere una subdivisión mayor o se quiere mayor facilidad en las referencias al propio texto, puede utilizarse la clasificación numérica.
Ejemplo:

1.
2.
2.1.
2.2.
2.3.
2.3.1
2.3.2
2.3.3

Como se observa, con cada nuevo apartado se reinicia la numeración, conservando los números que indican las clasificaciones y subclasificaciones. Así, el número 2.3.2 advierte que se trata del segundo subinicio del inciso 3, del capitulo 2.

Epilogo

La forma más común de epílogo es una recapitulación o resumen de las principales aportaciones desarrolladas a lo largo del estudio. El término conclusiones que acostumbra emplearse en vez de epílogo es, desde nuestro punto de vista, equívoco, porque ese nombre sugiere que se dejan sueltos los hilos de la investigación para sacar las consecuencias hasta el apartado, en lugar de considerarlo como un cierre o punto final del trabajo. Este tipo de error conduce con frecuencia a algunos investigadores a reservar sus ideas principales hasta este último capítulo. Al contrario, puesto que se trata de una recapitulación, no deben aparecer planteamientos no desarrollados en los capítulos precedentes o cuerpo de la obra.
Para elaborar el epilogo es necesario releer cada uno de los capítulos y señalar la tesis principales, así como la argumentación y las pruebas centrales que confirman nuestras apariciones . con este material se redacta el epilogo. Si el resumen fuera demasiado extenso, quiere decir que habrá que discriminar y jerarquizar de manera mas estricta para que en este apartado sólo aparezcan las ideas de mayor rango. También hay que evitar el riesgo contrario que consiste en solo enlistar las ideas. No se tarta de una mera enumeración, sino de recordar al lector de modo sintético los planteamientos fundamentales y su conexión

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