jueves, 26 de marzo de 2009

METASEMEMAS

Comparación

Podría muy bien definirse como el primer grado de la metáfora y consiste, como dice Martínez Amador, en “poner de manifiesto las semejanzas que hay entre los objetos”. Toda comparación va acompañada del adverbio como para unir los dos conceptos asemejados. Un ejemplo: “Como una locomotora a la que se le acaba el carbón, los Estados Unidos ya no consiguen impulsar la economía mundial”. Otro: “La brillante azulejería de San Francisco Acatepec parece plena de encanto y de misterio, como los interiores de los palacios musulmanes”. Y éste, de Nicolás Maquiavelo:”Si matas a los jefes y continúas oprimiendo a los demás, renacen los jefes como las cabezas de la hidra”.

Metáfora

Esta figura de contenido, verdadero centro solar del lenguaje literario, podría caracterizarse como una comparación implícita, pues también consiste en asemejar dos objetos, sólo que en la metáfora se ha eliminado el adverbio como, de manera que la operación metafórica deja en la oscuridad que se trata en última instancia de una comparación. De ahí que Aristóteles identifique a la metáfora con el enigma, pues subyace en ella una adivinanza. Según su definición clásica, la metáfora consiste en “unir hablando cosas excitantes, al parecer incompatibles”, concepto que refuerza al establecer la norma para aplicar bien las metáforas y que consistirá en “indagar qué cosas son entre si semejantes”. De la metáfora, como de otras figuras retóricas, puede afirmarse que sin usarla no podríamos comunicarnos y, en consecuencia, la podemos encontrar reiteradamente en investigadores y periodistas que no están creando un texto literario.Una de las metáforas más conocidas de Marx, por ejemplo, es la que compara de modo implícito a la sociedad con un edificio e identifica, asemeja o compara a la economía con sus cimientos o su armazón interno, y a las formas ideológicas con la fachada o la superestructura. Oigamos el texto: “El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cuela se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social”.Otra metáfora, esta vez de Maquiavelo: “Sostengo que, pues no es el oro, como vulgarmente se dice, el nervio de la guerra, sino los buenos soldados, porque el oro no es suficiente para tener bien organizado ejército y éste sí lo es para encontrar oro”. Aquí Maquiavelo compara implícitamente la guerra con un ser vivo, en el cual los nervios cumplen una función primordial.Varias, de hermosas resonancias, creadas por Fernando Benítez pueden leerse en el siguiente párrafo perteneciente a La ruta de Hernán Cortés:Una mañana de marzo, salgo de Veracruz rumbo a Cempoala. Atrás queda la ciudad, arrebujada en el manto de la niebla que el mar echó sobre sus hombros para defenderla del frío de la madrugada…No revuelan el colibrí ni el cardenal que Prescott advierta en este punto de la marcha. Tampoco nos salen al paso de los viejos animales de la tierra, ni es posible vislumbrar, cruzando el llano, la tropa ligera de los venados.

Prosopopeya

Consiste en otorgarle rasgos animados a objetos inanimados o abstractos. Una prosopopeya muy popular es la de Cuco Sánchez: “Grítenme piedras del campo”. Si bien en la información es raro el empleo de esa forma de la prosopopeya, muy común, en cambio, es el atribuir cualidades animadas y corpóreas a fenómenos o conceptos abstractos. Algunos ejemplos: “La conciencia de clases apenas despertaba entre los mineros de Real del Monte”; “tímidamente al principio y después pisando fuerte, la industrialización se fue extendiendo por el país”, “si la vanguardia gusto del escándalo, hoy difícilmente lo provoca”; “el estructuralismo, hijo del positivismo, fue extendiendo sus brazos hasta abarcar una enorme variedad de disciplinas”; “la inflación galopante hacia estragos en la economía”.

Sinécdoque

Es una figura en que se toma el todo por la parte o viceversa. Por ejemplo, cuando escribimos “el hombre del siglo xx vive bajo la amenaza nuclear”, se atribuye a la palabra hombre (una parte) el sentido de la humanidad (el todo). Y al revés, cuando decimos “la ciudad se inundo”, se sobreentiende que solo una parte de la ciudad se ha inundado, aunque tomemos el todo por la parte.

Metonimia

Figura más compleja de explicar que de entender y utilizar, la metonimia consiste en trasladar un significado de una palabra a otra porque entre ellas existe una relación de contigüidad. Así por ejemplo, cuando decimos “la combativa huelga”, atribuimos a la huelga un rasgo de los huelguistas, de sus autores; lo mismo sucede cuando se dice “leer a Alfonso Reyes es un placer”, cuando en realidad se leen sus obras, no a Reyes. Igual operación mental se realiza, una metonimia, cuando se afirma “la tela de Rivera es una obra maestra”, donde aludimos a la creación artística en la tela donde esta realizada.

Oxímoron

Es un contraste entre dos palabras de significado totalmente contrario. Por ejemplo “el ruido del silencio”; otro, muy común en la investigación: “variable constante”. Algunos más: “La batalla de Waterloo marco el principio del fin de Napoleón”; “los retratos de Bacón son horrorosamente hermosos”; “el valor devaluado de la fuerza de trabajo”; “la paz bélica impuesta por los romanos parece renacer en nuestros días”.

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