jueves, 26 de marzo de 2009

UN POCO DE GRAMÁTICA

Una de las dificultades mas frecuentes al redactar consiste en el conocimiento insuficiente y a veces prácticamente nulo de la gramática. Puede afirmarse que hablar o escribir bien una lengua nunca dependió de forma directa de un conocimiento gramatical, mucho menos hoy que en el estudio de la lengua a disminuido la importancia del criterio normativo a favor de criterios de corte positivista que se limitan a reconocer los fenómenos de la lengua, sin pretender establecerles normas de corrección o incorrección.

Sin intentar adoptar un criterio normativa, partimos del echo practico de que la lengua, sobre todo la escritura que carece del gesto, la entonación y el sobre entendido para hacerse comprender, necesita respetar algunos convencionalismos, ciertos rasgos históricos y colectivos, con el fin de establecer la comunicación con el lector.
No ignoramos y casi parecería innecesario repetirlo, que una prosa artística no toma su valor de la corrección o incorrección gramatical, si no de otras determinantes cuya discusión esta al margen de este texto. Inclusive pueda afirmarse que numerosos escritores talentosos, como el personaje de Moliera, desconocen las normas gramaticales y aun los nombres de la figura retóricas que utilizan a diario. Sin embargo, vale la pena recordar que el lenguaje de los locos lleva ese desconocimiento de las normas y las tendencias de la lengua hasta el extremo de interrumpir la comunicación con los demás y crear una lengua solo inteligible para si mismos.

En este sentido hemos creído necesario incluir un capitulo dedicado a aquellos aspectos gramaticales cuyo conocimiento nos párese útil para la redacción. No se trata, entonces, de un tratamiento exhaustivo ni del conjunto de la temática gramatical, ni siquiera de aquellos temas que hemos seleccionad. Al contrario, hemos intentado elegir aquellos aspectos cuyos conocimientos resulta eficaz para la redacción y cuando algún caso en particular obligaría a una explicación demasiado prolija, hemos preferido remitir a nuestro lector a los textos especializados. También como consideración preliminar abría que señalar que el español se caracteriza por una gran libertad que ocasiona que prácticamente todas las normas tengan que plantearse en términos de tendencia, de inclinación de la lengua, mas que de norma estricta de funcionamiento.

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