jueves, 26 de marzo de 2009

Para Gili y Gaya, los tiempos que pueden conceptuarse con un valor absoluto son: el presente (considero), el pretérito perfecto absoluto (consideré), el pretérito perfecto actual (he considerado) y el futuro absoluto (consideraré), todo de indicativo. Se clasifican como absolutos porque por sí mismos expresan si la acción se realiza con anterioridad, con posterioridad o en coincidencia con el momento en que escribimos; todos los demás tiempos, en cambio, se clasifican como relativos, ya que, como advertimos, requieren de otro verbo o de un adverbio para situarse en el devenir temporal.
Gili y Gaya destaca la abundancia de pasados, hecho que atribuye a que en el recuerdo pueden distinguirse con mayor precisión distintos momentos en el futuro, siempre más incierto.
Para el redactor es de gran utilidad conocer que los tiempos verbales no sólo tienen el valor que por su forma y nombre les corresponde, sino que adoptan los más variados significados temporales. Conocer estas posibilidades le permitirá evitar monotonía y la pobreza en el empleo de los tiempos verbales, cuya variedad se reduce con frecuencia hoy en día al uso del pasado o, en el mejor de los casos, a los valores básicos de cada tiempo.

DE CORTESIA

De gran utilidad es el imperfecto de cortesía en la correspondencia académica y en general en aquellos casos en que proponemos una acción, pero la expresamos en imperfecto para dejar su consumación o perfección abierta a la voluntad de la otra persona. “Quería hacer de su conocimiento” suena mucho mas cortes que “quiero hacer de su conocimiento”.

DE OPINION

Otro de los usos del imperfecto es para significar un juicio o una opinión. “Su hipótesis requería una explicación”.

HABITUAL

El imperfecto también se utiliza para describir una acción que se realiza de manera habitual, es decir, se asemeja a una de las formas del presente, sólo que referida al pasado. Así, cuando escribimos “el autor analizaba con presicion” queremos significar un rasgo acostumbrado. Si utilizáramos, en cambia, otros tiempos del pasado como “analizo” o “ha finalizado”, el lector entendería que estamos describiendo una acción especifica, que aconteció una sola vez y no una característica permanente.

NARRATIVO O DESCRIPTIVO

Tanto Pérez-Rioja como Pili y Gaya destacan el empleo del imperfecto en narraciones y descripciones. El segundo autor advierte que se usa “como un pasado de gran amplitud, dentro del cual se sitúan otras acciones pasadas”. De ahí, como decíamos, deriva su valor copretérito. “Cuando la Revolución de Ayutla triunfaba en el país, Juárez emitió la ley que lleva su nombre”.
El redactor debe recordar que este tiempo, al combinarse con otros pasados, evita la monotonía de las terminaciones en aba o ía (tomaba, consideraba, veía, existía) o en o (tomó, consideró, vio, existió), si se recurriera a uno solo de los tiempos.

Significados temporales del pretérito

Pretérito imperfecto o copretérito: amaba o tenía

Este tiempo posee un carácter imperfectivo y por lo tanto se utiliza para dar un significado de duración en el pasado cuando no interesa ni el principio ni el término de la acción. Se llama también copretérito porque convive con otra acción que ocurre igualmente en el pasado o, como dice Pili y Gaya, es el presente de una acción pasada.
Comparece el carácter durativo de la forma escribía, con el sentido de acción acabada que sugieren otras formas del pasado como escribió o ha escrito.
Este carácter durativo es lo que permite que coexista con otro pasado como en la frase: “Diego Rivera vivía en Paris cuando practico el cubismo”.

Presente de mandato

En ocasiones, para sustituir un imperativo se utiliza presente de mandato o exhortativo que describe la acción que otro realizara por nuestro mandato. “Tienes que considerar, lector, que esto sucedía en los años inmediatamente posteriores a la Revolución Mexicana”.

Presente de intento

Se utiliza también el presente cuando se quiere significar, más que una acción, un propósito, por lo cual este uso también recibe el nombre de presente conato. “Solo se aceptan candidatos nacidos en México para las becas del CONACYT”.

Fecha de publicación

Fecha de publicación

La fecha de publicación es el dato que se refiere al año (no al MES ni al DIA) en que el libro fue editado. En caso de que en el libro no se mencione la fecha de publicación, se incluirá entre corchetes las abreviaturas [s.f] que indica: sin fecha, o [s.a] que significa sin año. Es incorrecto en español emplear la abreviatura inglesa equivalente que es n.d, no date.
Si no aparece la fecha de publicación, pero el investigador tiene conocimiento de ella, el dato se pondrá entre corchetes. Si el investigador solo la conoce aproximadamente, la fecha ira antecedida de la abreviatura c. o ca. Que equivalen a la palabra latina circa que significa alrededor de.
Para algunos estudios es importante señalar la fecha original en que se escribió la obra. Esta fecha puede aparecer entre paréntesis después del titulo del libro.

Empresa o casa editorial

Es aquella persona moral o física que posee los derechos de propiedad (copyright) de la obra. Es frecuente que la casa editora no sea la misma que la impresora, el investigador debe mencionar la primera, jamás la segunda. (La empresa editorial aparece en la portada y en la primera pagina, la impresora se registra en el colofón, que aparece en la ultima pagina del libro).
La única excepción es cuando, al no encontrarse el investigador incluye la casa impresora con el objeto de ayudar a la localización del libro.
En el caso de que sea una coedición, se citara a dos o más empresas editoriales en el orden en que aparezcan en la primera página de presentación de libro, incluso cuando se trate de una casa subsidiaria.


México, INAH –Salvat, 1984.

Cuando la edición es realizada por una empresa editorial y una institución o sociedad que no se dedica a esta labor, debe indicarse de la siguiente manera:

México, INAH-Salvat para el Centro Cultural Camino Real ,1987.
México, Instituto de Investigaciones Estéticas –UNAM, 1987

Algunos especialistas señalan que en el caso de que el texto sea publicado por dos casas editoras, una de las cuales es extranjera sola se incluya en la referencia bibliografiíta el nombre de la mexicana. Únicamente cuando la empresa editorial mexicana aparezca en segundo lugar, se mencionaran ambas.

Edición

Se llama edición al conjunto de ejemplares de una obra impresos de una vez sobre el mismo molde. Este dato es de primordial importancia en la bibliografía, porque al cambiar la edición, cambia la paginación y en consecuencia las referencias no podrían ser identificadas por otros investigadores. (Hoy es muy común que no se dé el nombre de nueva edición a aquella que en estricto sentido son reimpresiones y que, por lo tanto, conservan la misma numeración de páginas.)
En las referencias bibliográficas, la primera edición no se indica y a partir de la segunda se registra con números arábigos ordinales (2ª ed., 3ª ed.) Este dato ocupa el tercer lugar, después del nombre del autor y el título. Cuando existe mención del traductor o prologuista, ocupa el cuarto lugar. Si además de traductor o prologuista la obra está publicada en varios volúmenes, el dato de edición pasa a quinto lugar.
Baudrillard, Jean. Crítica de la economía política del signo. 4ª. ed.
Baudrillard, Jean. Crítica de la economía del signo. Trad. por Aurelio Garzón del Camino. 4ª. ed.
Hauser, Arnold. Sociología del art. Trad. por Vicente Romano Villalba. 5 vols. 2ª. ed.

Lugar de publicación

Se refiere al lugar donde se localiza la empresa editorial. En ocasiones, aparecen dos o más ciudades. Si es así, se elige la primera que aparece o la que se encuentra geográficamente más cerca del investigador. Esto último obedece a que, dadas las trabas de circulación de los libros, es más factible que el lector de la investigación pueda localizar la misma edición que el autor.
Si el lugar de publicación es un centro de editorial muy conocido no se acostumbra añadir el nombre del país al cual pertenece, pero en caso contrario hay que incluirlo. Ejemplos: Nueva York, Paris; pero Guanajuato, México; Córdoba, Argentina.
Los nombres de ciudades y países deben aparecer en el idioma en el que escribe el investigador, sin importar si la obra consultada está publicado en otro idioma. Si se trata de lenguas escritas en alfabetos diferentes al nuestro, tales como el griego, árabe, ruso, chino o japonés, la transliteración es indispensable.
Cuando no aparece el lugar de publicación en el libro, el investigador lo indicara entre corchetes por medio de algunas de estas abreviaturas: [s.l] que significa sin lugar o [n.l.] que indica ningún lugar.

2a. ed. [s.l.], Librería religiosa, 1909

LA ENTREVISTA

Mientras la crónica se asemeja al relato literario y el artículo de fondo al ensayo, puede ser de utilidad este símil: que los recursos de la entrevista son parecidos a los de la dramaturgia. La entrevista es, al igual que el teatro, una forma dialogada y, como él, debe salvar las diferencias entre la lengua oral y la escrita. Si el teatro finge la comunicación oral, la entrevista deberá conservar ese rasgo al transcribirla, corrigiendo sólo lo necesario para que su carácter de lengua hablada no entorpezca la cabal comprensión.Tres son los elementos propios de la entrevista como género periodístico: el conjunto de preguntas y respuestas, la presentación y caracterización de entrevistado y, cuando es pertinente, la descripción del lugar donde se llevó a cabo y hasta la atmósfera que privó en ella. Elemento clave de la entrevista es que, por lo general, se trata de material exclusivo y, en consecuencia, de especial atractivo para el medio y para el lector.La entrevista más común es en la que participan un entrevistador y un entrevistado. Sin embargo, hay que recordar que existen otras posibilidades o tipos de entrevistas según el número de personas que participan: un entrevistador y dos o más entrevistados; dos o más entrevistadores y solo un entrevistado, y varios entrevistadores y varios entrevistados.En general, puede afirmarse que las entrevistas andan a la caza de personalidades y, por ello, se apoyan en el prestigio o fama del entrevistado. No obstante, una posibilidad que puede explorarse es la entrevista organizada no alrededor de un personaje, sino de una temática. En cualquier caso, una regla de oro es que se interrogue siempre a las personas sobre un tema que conozcan. Lamentablemente es escuchar a un poeta desbarrar sobre deportes o a un maratonista sobre arte.Otra forma todavía menos usual, pero igualmente interesante, es la entrevista imaginaria, de la que “Mis tardes con Jane Austen”, de Margarita García Flores, en Aproximaciones y reintegros, es un notable ejemplo.

Conferencia o rueda de prensa

Se caracteriza porque alguna persona o institución cita a los periodistas de diversos medios para proporcionarles alguna información que considera de interés (por lo tanto, no es necesariamente una entrevista, pero se pueden hacer preguntas), pero en ningún caso se tratará de información exclusiva.Para el universitario, más que asistir a conferencias de prensa, que es parte del trajín del reportero profesional, le será útil pensar en citar a una rueda de prensa cuando considere que alguna información debe ser difundida. Para la separación de una conferencia de prensa remitimos al apartado “Conferencia de prensa”, del capítulo 6.

Encuesta

Una variante muy significativa de la entrevista es la encuesta, que difiere de la encuesta estadística, donde también se entrevista a un número amplio de personas, pero no se registran sus respuestas, sino únicamente su expresión numérica, ya sea en forma de sumas o de porcentajes. La encuesta a la que nos referimos consiste en realizar la misma o mismas preguntas a varios entrevistados y después editarlas para presentar un consenso o un abanico de opiniones diversas.A la encuesta o entrevista temática la suscita casi siempre un acontecimiento de actualidad o busca dar a conocer aspectos relevantes de un área o problema social. Se caracteriza por poner el énfasis en una preocupación colectiva y no en la individualidad, ya que no a toda la entrevista la motiva la vida y la obra del personaje entrevistado. Esa orientación, sin embargo, no implica, de ninguna manera, que deje de ser fundamental escoger bien a las personas idóneas para referirse al asunto en cuestión, ni que se abandone la obligatoriedad de enterar a los lectores, aunque sea sucintamente, sobre la personalidad y rango que mantienen los encuestados en relación con el tema de la entrevista.

El cuestionario

Para realizar una entrevista es necesario, en primer lugar, prepararla con una investigación preliminar con el fin de averiguar lo más ampliamente posible los antecedentes del entrevistado, tanto de su vida como, sobre todo, de su obra.Con el conocimiento que brinde la investigación deberá elaborarse un cuestionario previo. Esta tarea es indispensable, porque es falsa la idea, en la que cae el entrevistador inexperto, de que la mera conversación originará en el momento las preguntas adecuadas. No obstante, este cuestionario previo debe aplicarse con flexibilidad, ya que puede suceder que el interlocutor no tenga interés en ciertas preguntas y que las conteste de manera escueta con la intención de cambiar de tema. Será cuestión de sensibilidad del entrevistador abrir, sobre la marcha, otra veta de interés mutuo, modificando o incluso sustituyendo las preguntas del cuestionario previo.La variedad temática es otro requisito del cuestionario inicial, pues ayudará a encontrar a aquellos temas que sí despiertan interés en el entrevistado. Por eso hay que preparar preguntas que no tengan el mismo sentido y procurar que sean concretas, para facilitar las respuestas.

Realización de la entrevista

Durante la entrevista, habrá que utilizar una grabadora y tomar notas, independientemente de que se emplee grabadora, que registren de modo textual lo que diga el entrevistado. Estos apuntes son útiles, en primer lugar, porque nos protegen de cualquier falla de la grabadora; en segundo, porque alertan, al entrevistador y al entrevistado sobre la extensión del dialogo, que al calor de la conversación suele olvidarse, y en tercero, porque advertiremos, todavía en presencia del entrevistado, que puede ayudar a resolverlas las dudas ortográficas que puedan surgir durante la trascripción, en especial de los términos pocos usuales o nombres extranjeros.Hay que procurar no opinar mas que el entrevistado, y, desde luego, evitar que este se convierta en entrevistador pues suele ocurrir que por el propio ritmo de la conversación, en especial cuando los interlocutores son universitarios, el entrevistado le pregunte su opinión al periodista, quien olvidado de su papel, expone largamente sus opiniones, o bien, que al introducir una pregunta el entrevistador exponga una idea y que las respuestas de su interlocutor sean tan simples como: “Estoy de acuerdo”. Si tal ocurre el entrevistador puede salir de este peligro mediante frases que devuelvan la palabra al entrevistado: “Yo pienso esto y aquello, pero ¿usted, como lo expresaría? O “me parece bien que estemos de acuerdo, ¿pero como lo diría usted?, etcétera.

Presentación del entrevistado

Indispensable es presentar al entrevistado, es decir, quien es y cual es su importancia, incluso cuando se trate de un interlocutor muy conocido. Esta presentación puede reducirse a los datos curriculares, pero también, puede desplegarse en una descripción o retrato del aspecto, actitudes y comportamiento captados por el entrevistador en el curso del diálogo. Para las formas de elaboración de este pequeño retrato introductorio, remitimos al apartado “Caracterización de los personajes”, en este mismo capitulo, de la sección dedicada a la crónicaNo obstante, incluimos un magnifico ejemplo que puede dar una idea de los que se entiende por caracterización de un entrevistado:Ya pueden las señoras retratadas por el poner el grito en el cielo: Diego les pone siempre la nariz que se le antoja, y los ojos que le gustan y los labios que le convienen. Que si le mandan pintar un mural, nadie sabe, nadie supo, si va a salirse de la pintura y escribir una frase que tardará mas de tres años y dieciocho polémicas en borrarse de allí. Diego ha pintado más muros en México que todos los demás pintores juntos… y aunque esto parece un anuncio de Selecciones, es la mera verdad. El orondo y magnifico Diego Rivera ha recorrido en metros cuadrados de paredes oficiales y privadas, toda la historia de México, desde Tenochtitlan para acá. A él, se le debe parte de la fama que gozan nuestras artes plásticas…pero uno no sabe a que atenerse con el. Yo, por ejemplo, quería entrevistarse desde hace tres años. Pero, ¿es que estaba en México Diego Rivera. O andaba por las estepas rusas, con gorro de astrakan y una botella de vodka en la mano? O, ¿estaba en el registro civil contrayendo un nuevo matrimonio, o muy ocupado, “ocupadísimo” pintando a la mujer mas guapa de México? Tal vez le tenia un poco de miedo, como todo México le tiene. Pero al fin lo fui a ver, y…nada, Diego Rivera es uno de los hombres más desconcertantes y encantadores que me ha tocado entrevistar…Habrá que decidir si el ambiente y la atmósfera de la entrevista son o no relevantes, pues de ellos dependerá si vale la pena incorporarlos al texto. En ciertos casos, el escenario puede ambientar al lector en el mundo personal del entrevistado. Si el lugar donde se efectuó la entrevista es completamente convencional, como un café, entonces no tiene caso ni siquiera mencionarlo. Los recursos para reconstruir el ambiente se pueden consultar en la parte dedicada a “La descripción”, de este capitulo, en el apartado que se refiere a la crónica. El ejemplo de ambientación que aparece enseguida es el final de una entrevista de Jorge Octavio Ochoa al entonces presidente de Perú, Alan García.Inspirado en un estilo francés neobarroco, dentro del Palacio viven, por primera vez en muchos años, menores de edad: son las tres hijas del mandatario peruano. Ahí mismo, en la casa presidencial, habitan dos llamas y una vicuña que pasean por los tres jardines del recinto debe vez en cuando, según dicen, Alan García se asoma por uno de los balcones mas cercanos a la calle y saluda a quien lo descubre.Es ahí, entre la esplendidez de enormes salas con mármoles de Carraja, vitrales, techos y paredes con revestimientos de madera trabajada, antiguas pinturas, ricos candelabros de cristal de roca, jarrones de porcelana china, estatuas, bustos, bronce, alabastro, donde esta el centro de las decisiones del Perú, pero también el centro de la atención de América Latina y de los acreedores de la banca internacional.

La edición de la entrevista

Cuando se redacta la entrevista habrá que respetar las frases del interlocutor, apegándose lo mas fielmente posible a sus palabras, pero como se trata de una conversación, será indispensable corregir el texto eliminando repeticiones y muletillas, incorrecciones o frases inconclusas por las diferencias ya anotadas entre la lengua hablada y la escrita en el apartado “Diferencias entre lenguas oral y escrita” del capitulo uno. Es importante, sin embargo, en esta corrección esforzarse por conservar los giros y particularidades de la forma de conversar del entrevistado. En cualquier caso, lo fundamental es no traicionar el sentido de lo que en realidad dijo.En esta edición del texto también hay que decidir si se va a utilizar la forma de tratamiento de tu, o usted, pues independientemente de la confianza que se tenga con el entrevistado hay que considerar que algunos lectores desconfían de este trato intimo y en cambio algunos entrevistador juzgan preferible conservar el tono informal o incluso la autenticidad del ambiente en que se desarrollo la charla.Una vez trascripto y corregido el material, el siguiente paso es decidir de modo consciente su estructura. Unas partes parecerán prescindibles y, por lo tanto, se desecharan en la versión final. Las que se conserven deberán ordenarse siguiendo dos criterios; por un lado, el de la pirámide invertida (expuesto en la pagina 84), y por otro, el orden cronológico que en general es el mas adecuado para no romper la secuencia lógica de la charla.Lo más común es iniciar las entrevistas con uno o varios párrafos a cargo del entrevistador, destinado a referir la causa que motivo la entrevista, los datos mas relevantes sobre el entrevistado, una breve caracterización y la descripción del ligar donde se realizo la entrevista. Estos elementos pueden presentarse, no reunidos en los primeros párrafos, sino intercalados con las preguntas y respuestas.Una variante, que incluso oculta su carácter de varias entrevistas, consiste en suprimir las preguntas y darle forma de artículo al texto, apoyándolo en citas textuales entrecomilladas de lo que dijeron diversos entrevistados. (Esta es la forma mas común de presentar las entrevistas, o encuestas en el reportaje, como puede verse en la revista Time, o en Proceso)Poco habitual, pero rica en posibilidades, es aquella entrevista que en lugar de presentar las palabras textuales las que revela en forma indirecta. De este modo, se puede reconstruir diversos acontecimientos valiéndose de entrevistas con los testigos.Con frecuencia, la entrevista se inicia con las palabras entrecomilladas del entrevistado y solo después se procede a presentar al personaje. En otras ocasiones, se empieza por una descripción del lugar, se ubica ahí al personaje y se esbozan sus actitudes y peculiaridades.Alguna vez puede preceder a la seria de preguntas y respuestas, una frase como esta: “La siguiente conversación tuvo lugar en Nueva Cork, a comienzos de 1956”

Ética de la entrevista

Aunque es común visualizar a la entrevista como un método de obtener información privada y aun secreto que simplemente el entrevistado no desea revelar, la mayoría de los periodistas consideran que es conveniente acceder a la petición del entrevistado cuando este manifiesta el deseo de omitir una parte de sus declaraciones, o bien de corregir los términos con los que se expreso por parecerle exaltados, agresivos, o torpes. En muchas ocasiones, los entrevistados prefieren que no se graben sus palabras o bien condicionan la publicación de la entrevista a que ellos puedan antes leerlas o corregirlas. Es conveniente acceder y, en el segundo caso, incluso útil, porque con la corrección avalan sus declaraciones.Una decisión ética similar puede presentarse cuando en el curso de la entrevista el visitante o entrevistador escucha de modo casual un comentario privado u observa una escena comprometedora. Es preferible no hacerlo publico en la entrevista, porque nadie sustenta una carrera intelectual en sorprender una conversación telefónica o una indiscreción familiar durante el tiempo de una entrevista.
Nunca debe confundirse la labor del entrevistador con la de una simple grabadora de lo que otros dicen. La travesía no es neutra, uno debe decidir que asuntos valen la pena tratar e incluso a que entrevistado se les otorga espacio y tribuna. Hay que recordar que todo texto periodístico se inserta, en una lucha ideológica. La entrevista se convierte en un instrumento de la cultura de masas.

Forma tipográfica de presentar una entrevista

La presentación para publicar una entrevista. La forma mas común es subrayar (a fin de que aparezcan en negritas o cursivas en el texto impreso) la presentación y las preguntas, esto es, los fragmentos que corresponden al entrevistador; mientras las palabras del entrevistado, que naturalmente ocupan el mayor espacio, aparece en tipo normal (por lo general, letras redondas). Cada pregunta y cada respuesta va precedida de un guión largo, que indica dialogo.Además de guión, se puede añadir las iniciales en mayúsculas de cada interlocutor, para aclarar quien esta hablando. Otra opción es anotar P. (Pregunta) y R. (Respuesta) en cada ocasión.En la entrevista los guiones solo se abren, y en el único caso en el que se cierran es en de las intervenciones breves del entrevistador que se intercalan en las frases del entrevistado.En la encuesta y en el reportaje, las declaraciones o respuestas, a preguntas que no se incluyen, se citan entrecomilladas.Cuando una entrevista es de cierta extensión es común y corriente subdividirla por medio de subtítulos, o temas de interés.

Datos de publicación


Como indicamos anteriormente, los datos de publicación o pie de imprenta, incluyen el lugar de publicación. La empresa de editorial y el año de publicación. Estos datos se presentan en las fichas bibliográficas en el orden que numeramos.

Títulos en otros idiomas

El empleo de las mayúsculas en los títulos en otros idiomas sigue aproximadamente las mismas normas que en español con las siguientes excepciones:
En italiano es indispensable la mayúscula en los nombres de siglos.
Architettura del Cinquecento.
En francés, los gentilicios se escriben con la inicial mayúscula.
Además, si la primera palabra es un artículo se usa mayúscula también en el primer nombre y en cualquier adjetivo que lo preceda.
Les Vepres Siciliennes.
Le Menteur.
Les Meaux Quartiers.
Ballade des dames du temps jades
En inglés se emplea inicial mayúscula en la primera palabra y en todas las demás, con excepción de artículo, preposiciones y conjunciones.
A Portrait of the Artist as a Young Man.
Paradise Lost.
The Mill on the Floss.
En alemán se sigue la norma del español con las siguientes excepciones: se utiliza mayúscula en los sustantivos y cualquier palabra sustantivada, adjetivos derivados de los nombres de ciudades con la adición del sufijo er (Berliner) y los números ordinales.
También se escriben con mayúscula los adjetivos derivados de un nombre propio, cuando se refieren de manera directa a los hechos o las obras de una persona (obras calderonianas, diálogos platónicos).
Se escribe igualmente con mayúscula el pronombre Sie (tú), su posesivo Ihr (tuyo) y sus derivados.
Studien uber Tizians Stil.
Individuum und Kosmos in der Philosophie der Renaissance.
El portugués no presenta diferencias con el español respecto del empleo de mayúsculas
en los títulos.
Gabriela, cravo e canela.
Introducao a Literatura no Brasil.
En los títulos en latín, se escriben con inicial mayúscula todas las palabras, salvo preposiciones y conjunciones.
Comentariorum Belli Gallici.
De Natura et Gratia.

La tesis de recopilación crítica

Este tipo de trabajo es muy formativo en la medida en que a partir de la critica de otro pensamiento se va forjando el propio, y tiene la ventaja, sobre otros enfoques, de que el estudiante no corre el riesgo de perderse, porque se va guiando con las ideas del autor estudiado que le sirve como un hilo de Ariadna para salir del laberinto. Para que se comprenda a qué tipo de estudio nos referimos, quizá sea conveniente proponer algunos ejemplos. Supongamos una tesis en la que se compara la concepción que del partido político tienen Lenin, Rosa Luxemburg y Gramsci, o imaginemos una tesis que conforta las visiones que sobre los indios tenían Juan Ginés de Sepúlveda y Fray Bartolomé de las Casas. De la mima manera, podría estudiarse el pensamiento de la CEPAL frente al que conforma la teoría de la dependencia.

La capacidad del estudiante va creciendo con la polémica y se va fortaleciendo al advertir las entretelas de la argumentación de los autores estudiados, Basta decir, por señalar un caso real, que La historia critica de las teorías de la plusvalía, de Marx, que es sin duda un texto clave en la formación del teórico alemán, es un estudio en que va pasando revista, que va criticando y aprovechando para su futura teoría personal a todo el pensamiento anterior sobre el tema que le preocupaba.

Sintetizar, estar de acuerdo, discrepar, polemizar, matizar, refutar o reforzar argumentos u opinar a contrapelo, constituyen una especie de ejercicio de hacer sombra, de tirar y parar golpes de adversario elegido, sin arriesgarse a la lucha sobre el cuadrilátero. Se trata de un trabajo escolar, aunque no necesariamente de los más fáciles.

Este tipo de tesis no son redundantes puesto que cada generación hace una nueva lectura o interpretación de todo el pensamiento anterior. De ahí que esta revisión crítica debe ser precisamente crítica y, sobre todo, a partir de una visión contemporánea. En este sentido, inútil sería repetir en que consistió la célebre polémica de Ginés de Sepúlveda y De las Casas sobre los indios, sin aportar la perspectiva de un hombre del siglo XX.

El valor de la tesis de recopilación crítica será mayor conforme se conozca con mayor profundidad a los autores estudiados e igualmente haya una mayor cantidad de fuentes consultadas. La obra de Marx que mencionábamos antes muestra que su importancia deriva de ser tan profunda como exhaustiva.

No debe caer el estudiante en la tentación de solo resumir lo que los autores dicen, sino estar consciente de que es indispensable ir más allá, pues únicamente a partir del debate, coincidiendo y discrepando con los autores estudiados, puede aportar ala discusión y forjase una visión propia.

Anteriormente, hemos señalado que este tipo de tesis, aunque escolar, no es de lo más fácil y esto se debe a que el objetivo de seleccionar los textos más importantes relacionados con un tema determinado y notar las diferencias teóricas fundamentales o las argumentaciones diversas, requerie una amplia cultura, pues de otra manera se corre el riesgo de excluir autores fundamentales o, lo que es peor, que se convierta en un mero resumen sin ninguna aportación. Al contario, un bagaje cultural sólido permitirá que la lectura crítica de otros autores enriquezca no solo a quien escribe la tesis, sino a sus lectores.

Es importante también salir al paso de que no se incurra simplemente en la constatación de que algunos autores tiene similitudes y diferencias con otros, ya que esta conclusión trivial puede obtenerse sin necesidad de alguna investigación. Se necesita, entonces cierta malicia de investigador para elegir cuáles son los autores que vale la pena confrontar, cuáles las diferencias de fondo y cuáles las secundarias entre los autores estudiados.

Nota Informativa

La nota informativa es el género más común del periodismo y consiste en informar sobre un acontecimiento del modo más breve y directo posible. Su rasgo definitorio es la objetividad y, por lo tanto, se procura omitir el análisis e incluso el punto de vista del redactor, quien actuaría como una cámara fotográfica o una grabadora para registrar la noticia. Se trata de un relato sucinto, cuya extensión es de entre media y dos cuartillas, lo que no implica que deba ser lacónico o telegráfico.Se ha insistido en que por esa búsqueda de objetividad, el periodismo debe escribirse, en terminología de Roland Barthes , con palabras neutras o no marcadas , lo que ha llevado a que las notas informativas se les califique de artículos en blanco negro , en oposición a las notas de color , que serían las que llevan comentarios de la cosecha del escritor.Como es sabido, la nota informativa debe responder siempre, de acuerdo con la modelo del periodismo anglosajón, a las siguientes preguntas: Qué, Quién, Dónde, Cuándo y Por Qué (las cinco W: what, who, where, when, why). A estas interrogantes, hay que agregar el cómo (how). Aunque las preguntas nunca se incluyen en la redacción, pues solo constituyen la base para estructurar la nota informativa, es muy importante contestarles, porque ayuda a no omitir ningún dato fundamental y a valorar cada uno de los elementos de la información. No sobra detallar el sentido de estas preguntas:
Qué: El hecho fundamental, lo que ocurrió.
Quién: El sujeto o sujetos de la información, esto es, la persona o personas que protagonizaron la acción.
Cuándo: El tiempo (el año, día, hora o minuto del suceso, aunque el grado de percisión dependera del hecho).
Dónde: El escenario, es decir, el sitio o lugar en el que aconteció la noticia.
Cómo: El modo como ocurrieron los hechos.
Por qué: la causa que produjo el acontecimiento.

Las respuestas a estas preguntas constituyen los elementos de la información y pueden suprimirse alguno o algunos de ellos cuando carezcan de la importancia, pero siempre a partir de un análisis y no sólo porque se olvido incluirlos.

Entradas

Entrada simple
Se elabora con un solo dato, el más relevante de la información. –no es muy común este tipo de entrada porque en las noticias, por lo general, existen varios datos que compiten en importancia.

Entrada múltiple
Se le llama de este modo cuando dos o más datos presentan similar importancia y el redactor juzga necesario incluirlos en la entrada. Este tipo de entrada, por su mayor complejidad, exige una redacción ordenada que se preste a la confusión e incluso que se convierta en un galimatías.

Entrada enumerativa
Cuando no sólo es amplio el número de datos de similar relevancia, sino que cada uno presenta datos accesorios, puede emplearse la entrada enumerativa que, como su nombre lo indica, consiste en enumerar la información para no desperdiciar ningún dato ni provocar confusión en el lector.

Entrada con cita
Es aquella que se inicia con una declaración textual entre comillas que no rebasa un párrafo, seguida del verbo decir o alguno de sus sinónimo (afirmó, reconoció, advirtió, señaló…) y el nombre del declarante. Por lo común, se indica el acontecimiento durante el cual se produjeron las declaraciones.No se debe abusar de la entrada con cita, pies con frecuencia es preferible que el reportero resuma las palabras del declarante. Sin embargo, en ocasiones es conveniente citar, incluso en extenso, porque de ese modo el lector tiene seguridad que las palabras que está leyendo son tal cual las expresó el protagonista y que no existe interpretación ni tergiversación.Nunca deben transcribirse varios párrafos en la entrada, sin aclarar quién ha expresado esas palabras, ya que se estaría omitiendo un dato fundamental para el lector. De la misma manera, en el cuerpo de la nota, el redactor siempre debe estar pendiente de aclarar cuáles son las palabras del que escribe y cuáles corresponden al que declara.

Boletín de prensa

Aunque estos textos suelen emanar de una institución y, las más de las veces, de alguna oficina gubernamental, el universitario debería recurrir con más frecuencia a este instrumento de información, puesto que numerosos acontecimientos, actividades y en general noticias universitarias quedan sin eco en la prensa.A semejanza de la nota informativa, el boletín debe elaborarse siguiendo las normas de la pirámide invertida y las entradas. Su lenguaje, sin parecerse al telegráfico, debe tener tal brevedad que no rebase una cuartilla y media.Hay que recordar que en los medios periodísticos se acostumbra utilizar el boletín directamente como texto de la nota informativa; en consecuencia, el redactor del boletín de prensa tiene que evitar el uso de formas como nosotros o cualquier otra que revele que el autor del boletín no es el reportero. En resumen, el boletín debe ser impersonal y su lectura equivalente a cualquier nota informativa de un periódico.

Cuidado con los gerundios

Estos verboides, que expresan la idea verbal sin referirla en ninguna de las personas gramaticales, tienen solo dos terminaciones:-ando en la primera conjugación (terminación en-ar, como en preguntar) y-iendo en la segunda (terminación en-er, como en proponer) y tercera (terminación en ir, como en traducir): preguntando, proponiendo, traduciendo.
El principal escollo es que la acco9n verbal del gerundio no puede ser posterior a la del verbo principal.
La dificultad para identificar este error ha conducido a que casi se destierren el gerundio de las mesas de redacción de los periódicos y de los trabajos académicos, drástica solución que juzgamos equivocada
Andrés Bello, citado por Gili y Gaya, ofrece los siguientes ejemplos de estas erróneas construcciones: “el agresor huyo, siendo detenido horas después”; “las tropas sen hicieron fuertes en un convento, teniendo pronto que retirarse después de una inútil aunque vigorosa resistencia”.

Los riesgos de la concordancia.

Un error gramatical que, como todos los de este apartado, se recomienda corregir no por afanes puristas, sino porque redundan en la oscuridad del texto, es la falta de concordancia. Este error que es mas común en la lengua hablada que la escrita, adopto dos tipos principalmente: la falta de concordancia entre un sujeto y su verbo, y entre el sustantivo y su adjetivo.
Pongamos un ejemplo en el cual el redactor podría perder la concordancia: “Un análisis somero de la educación artística en el país muestra que ha sido fundamentalmente la falta de recursos y la ausencia de esta disciplina en el sistema escolarizado, las causas de sus deterioro”.
Al escribir la anterior frase, en la mente del redactor apareció primero “la falta de recursos” y solo después “la ausencia de esta disciplina en el sistema escolarizado”, razón por la cual conjugo el verbo en singular (ha) con un sujeto que, por tratarse mas de un elemento, es plural. Escrita correctamente, la frase debe ser: “un análisis somero de la educación artística en el país muestra que han sido fundamentalmente la falta de recursos y la ausencia de esta disciplina en el sistema escolarizado, las causas de su deterioro”.
Un caso que se presta a dudas es el de los nombres colectivos y partitivos: gente, grupo, mayoría, rebaño, multitud, clero, profesorado, mitad, tercio, etcétera. Aunque es aceptado establecer la concordancia en plural, de acuerdo con el criterio lógico y psicológico, nos inclinamos, puesto que existen numerosos casos en que no es permitido por atenerse al criterio gramatical, es decir, por la concordancia en singular.
Indignada, la multitud se dirigió a la plaza.
Se quemo (o quemaron) la mitad de los albergues.
Recomendamos, al terminar un texto, hacer una lectura con la intención de revisar que cada uno de los verbos concuerde el numero (singular o plural) y persona (yo, tu, el, nosotros…) con el sujeto de la oración, y cada adjetivo y numero (singular o plural) y género (masculino o femenino) con su correspondiente sustantivo.

El estilo periodistico

Dos son las características fundamentales del periodismo la brevedad y la actualidad. Ninguno de estos rasgos es aleatorio. El alto precio del papel confiere al periodismo la obligación de aprovechar al máximo sus espacios, de ahí que el estilo periodístico haya eliminado todo lo superfluo al intentar proporcionar la mayor cantidad de información con el menor número de palabras. También relacionado con el mercado , es el hecho de que el periodismo , generalmente financiado por empresas mercantiles , tiene que responder a criterios de competitividad , que buscan atraer consumidores o , lo que es lo mismo , lectores . Por otro lado, mientras la historia puede demorarse en el análisis y recuperación del pasado, el ser mismo del periodismo es informar de los hechos recientes. Otras formas de comunicación, como el libro, el cartel, la historieta, el relato literario o histórico, transmiten información, pero la singularidad del periodismo –sea escrito o electrónico- es ser el primer registro de los hechos. En nuestros días, el periodismo televisivo o radiofónico, dueño de una mayor celeridad, acapara las primicias, lo que ha modificado las funciones propias de la prensa escrita que, sin perder nunca el principio de la actualidad ha puesto el acento en una mayor contextualización de la noticia y en su carácter de medio impreso que despierta una mayor confianza en el lector por el prestigio de la letra escrita, y porque permite la relectura, la consulta posterior.La objetividad es, sin duda, otro de los rasgos definitorios del periodismo. Atenerse a los hechos, ser fiel a la realidad es, según el consenso, el primer deber del periodista. Sin embargo tres son las dificultades que se interponen para alcanzar la objetividad. Una de ellas es la distorsión interesada de la que nos ocuparemos porque compete más a la problemática social y a la ética de las personas, ya que a esas esferas pertenece el fenómeno de la corrupción, que a la delimitación del género. Una segunda dificultad radica en que la realidad no está ahí de cuerpo presente, acomodada para que se le tome una fotografía y, al contrario, es necesario emplear tanto la observación directa como el conocimiento abstracto para reflejar con objetividad. El tercer escollo que se presenta es que el periodista, como cualquier ser humano está sujeto a las ideas predominantes en su medio que le inculcan primero sus padres, luego la escuela y siempre los medios de comunicación. Estas ideas recibidas, sobre las cuales no se ejerce crítica alguna, lejos de acercar al conocimiento objetivo de la realidad, están teñidas de intereses que tienden a distorsionarla. Sería ilusorio, en consecuencia, esperar que un texto periodístico pueda cumplir con una objetividad absoluta, ya que siempre existirá la mediación de la subjetividad del periodista. Es, sin embargo, exigible, a riesgo incluso de perder la confianza de los lectores, que no se tergiversen los hechos, por lo cual puede decirse que si la objetividad es inalcanzable la veracidad debe ser la norma del periodismo. De ahí la necesidad de corroborar la exactitud de la información. Nombres, cifras, lugares y acontecimientos deben, sin excusa verificarse. El descuido en estos datos conduce a la perdida de credibilidad.A nadie escapa que el periodismo tiene un contenido político y un destacado papel social. Su ejercicio, y de ahí se deriva otra de sus principales características, está inscrito en la lucha ideológica, puesto que ha demostrado ser instrumento eficaz en las contiendas políticas. Bastaría leer los periódicos de la época de la reforma para corroborar el papel protagónico que ha jugado en el debate público. Esta tendencia que es común al periodismo en cualquier parte del mundo, incluso en aquel que se disfraza de neutralidad, es en particular importante en ibero América, donde los periódicos son, ante todo, tribunas publicas para la discusión de las ideas.El bajo nivel educativo y el alto precio de los bienes culturales ha conferido al periódico una tarea didáctica. En efecto, la variedad de voces y temas abordados en sus páginas, su tipo de información que no requiere de conocimientos previos y su fácil lectura y accesibilidad, lo convierte, por la vastedad democratizadora de su alcance, en maestro extraescolar de multitudes. Reconocer esta voluntad didáctica no debe implicar paternalismo ni menosprecio por el lector.A últimas fechas, la acelerada obsolescencia de los conocimientos ocasionada por la revolución científico-tecnológica acentúa más su carácter didáctico, ya que el libro es mucho más lento en su elaboración para captar este veloz proceso de cambio y los medios electrónicos son mas caros en su posibilidad de relectura.