jueves, 19 de marzo de 2009

Pensar en el publico

Si bien cada redactor tiene una personalidad propia, es necesario considerar el publico al q se dirige. El vocabulario y las alusiones (los sobreentendidos) varían según se escribe para un diario, dirigido a todo mundo, o para una revista especializada, destinada de manera fundamental a los colegas. Sin exagerar las concesiones, el redactor no debe emplear términos eruditos ante un público lego, tampoco ponerse demasiado didáctico entre colegas q, por decirlo así, pueden entender con un guiño de ojo (o de prosa). Esto ultimo sin descuidar la claridad, debe constituir uno de los ejes fundamentales si en realidad queremos ser leídos y comprendidos.

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